VIII: ¿De a cuántos te la bancas?
Los secretos digo... ¿Cuántos podes guardar? Yo ninguno ¿Qué pasa Buenos Aires? Soy yo, tu crush psicópata.
Recuerden que sí lo desean pueden colaborar, mi alias de mercado pago es la.novia.de.tu.papa y si no lo desean está bien porque el deseo es una porquería y hay que abolirlo pero igual colaboren.
Las fotos son, una vez más, de @camisaggio
Playlist del volumen:
1.
Los últimos dos meses fueron un infierno, estuve pasada de ocupaciones y nunca me sentí tan bien. Pero el tiempo libre me arruina, un día sin trabajo o actividades y vuelvo a ser la peor de mis posibilidades. Lo que me hace pensar que este mundo es la peor de las posibilidades. Para estar bien y no cagarla hay que estar ocupada, hay que no tener tiempo ni para pensar. Hay que estar tan en una como sea posible, como para ni darse cuenta.
Por culpa de mi pésima relación con el ocio tuve el peor fin de semana de la historia. Tuve una cita conmigo misma y salió fatal.
Cuando la gente adulta está bien, hace planes sola. Salvo la gente que está en pareja. Pero de toda la gente que está en pareja hay muy poca que quiere estar todo el tiempo con su pareja. Y de esa muy poca gente que quiere estar todo el tiempo con su pareja, hay un gran porcentaje de parejas de menos de un año en estado total de luna de miel. Y dentro del puñado de personas que forma el resto del porcentaje de los que quieren ver mucho tiempo a su pareja, hay solo dos o tres que están bien.
Voy a intentar ser más clara: hace ya un tiempo que están juntas, ya entendiste que el otro es un ser humano y como tal va a haber cosas que no te gusten tanto. Ya no te duele, lo aceptas como es. Como mirarse mucho tiempo a la cara de cerca y descubrir que la piel tiene poros.
Sí llegado ese momento seguís queriendo verle todo el tiempo… bienvenida amiga, vos también estás hecha mierda. La única diferencia es que estás más entretenida.
En resumen, la gente cuando está bien hace planes sola y yo, que lo estoy intentando, debería. Así que me llevé al cine.
Esa tarde me teñí el pelo de negro, lo combiné con ropa del mismo color, me puse cadenas y aros plateados, me pinté la boca de rojo y cuando oscureció salí a recordarle a esta ciudad que soy peligrosa pero suavecita. Que nunca se va a olvidar de mí aunque no me vea tan seguido. Que soy su preferida.
Antes de salir fumé un poco de porro para escuchar música y que el puente que va por encima del tren en Hidalgo y Venancio Flores sea escenografía y yo caminar con destino a ese evento que hace avanzar la trama. Al encuentro de comienzo de temporada.
Cuando llego al edificio donde esta el cine de Caballito, mi ruina preferida del menemismo, la luz se corta en todo el barrio. Me quedo en Rivadavia y Acoyte completamente a oscuras. Hay niebla, también gente, pero yo estoy sola.
No me angustio, todo lo contrario. La ciudad me escuchó y me está respondiendo. Ella también me extraña.
Sí todo está a oscuras, puedo hacer cosas que nunca le cuente a nadie. Mi cita conmigo misma puede también ser un encuentro de dos personas que están de trampa. Puedo volver a guardarme un secreto.
Esa noche me volví a bajar grindr y crucé la ciudad pateando y cogí con uno y después con otro y después con otro y en cada polvo jalé muchísimo popper y terminé tan arriba que me tuve que ir de fiesta.
Ahí la tenés a la que iba a tener una noche de adulta que está bien y usa el sábado para conectar consigo misma y descansar.
2.
Es una fiesta practicamente a oscuras, excepto por una luz roja que titila cada tanto.
Bailo sola en la pista mirando a N que baila en el escenario. Está como poseída, sí no la conociera iría corriendo a pedirle que me de un poco de lo que sea que haya tomado. Pero la conozco, y sé que está sobria. N nunca escabia ni se droga cuando trabaja. La miro preguntándome cómo hace para soportarlo. Después me acuerdo: N es una mostra de verdad, sabe que la noche no tiene secretos porque no hay nada que le de vergüenza. Y ella es igual. Las mostras pura raza no le tienen miedo a la oscuridad.
La luz roja titila, veo a un chico que prometió sacarme a pasar, todo vuelve a negro, me acuerdo que prometí esperarlo con la correa en la boca como a un perrito al que le dijeron vamos, rojo, el chico está mas cerca y me vió, negro, todavía estoy esperando, rojo, se acerca, negro, que mal me cae como me lo quiero coger, rojo, ya está al lado, negro, cómo vas a tener esa carita, rojo, me agarra de la cintura y me besa en el cachete casi comisura, negro, muy de varón trola dar un beso en un lugar tan específico, rojo, hola bebi, negro, que hijo de puta, rojo, se va rápido, negro, salgamos de acá caguemónos a piñas con alguien robémosle el auto y vayámonos a la mierda, rojo, estoy de nuevo sola, negro, tengo que ir a buscarlo, rojo, N de rodillas se tira una botella de agua entera por todo el cuerpo, negro, dame un poco de lo que sea que hayas tomado.
Ese fue el primer encuentro relacionado a una promesa de paseo de la noche.
El segundo fue con uno con el que una vez chateamos 24 horas seguidas y me contó de su ex y le conté del Carpintero y le conté que me gusta que me escupan y me contó que le gusta ahorcar y me dijo de pasear en su moto y tampoco cumplió. El muy hijo de puta hasta me ofreció ser mi chofer y llevarme a mi camión a trabajar a la marcha del orgullo. Con lo que me hubiese gustado hacer esa entrada.
Igual esa parte la posibilidad la descarté cuando me acordé que el truque constaba de una pollera muy corta y unas zapatillas con plataforma que me costó mucho encontrar y no estaba dispuesta a exponerlas a la combinación de mi torpeza y el calor de un caño de escape.
De todas maneras, la oferta no era sincera, de hecho nunca anduvimos en su moto.
- Estoy sin moto, me la sacaron… debe ser por tu culpa
- ¿Cómo?
- Claro, te enojaste porque nunca paseamos y me tiraste una maldición
- Amor, yo no gasto mis poderes en pavadas
Él se rió y yo yo aproveché para quedarme toda la noche al lado suyo, amiga de sus amigos. Una vez más, me hice amar por todos como para que nadie tenga tiempo de extrañarse con mi presencia.
felicitaciones bebé, acá está, te dí el gusto y ni siquiera tuviste que besarme o llevarme a pasear….
you want my groupie love
3.
Después de casi cuatro meses de niguna interacción de ningún tipo me volví a cruzar a H.
Fue a la salida de esa fiesta, el único lugar donde no esperaba verlo, el único lugar al que fui sin buscarlo.
Estábamos en la vereda. Yo fumaba intentando enfocar la vista en algún punto fijo. Como sí el cigarrillo no empeorara la sensación de movimiento en todo lo que está quieto. Cómo sí no me gustara estar mareada.
N había terminado de trabajar hacía ya una hora, por lo que ahora sí estaba alterada y hacía lo que más le gusta hacer en esos estados: uno de sus monólogos de las 6 am. Piezas de comedia únicas en las que la ciudad entera se calla porque no hay nada para decir , o porque ya nadie puede decirlo, excepto ella.
Hablaba del Imperio de la Noche, su obsesión de turno. Una cadena de comida fantasma que monopoliza el mercado del delivery de madrugada. Según ella, todos los locales que ofrecen servicio de hamburguesas pasadas las tres de la mañana son el mismo. Las sucursales tienen todas nombres distintos y están ubicadas en distintos barrios, si. Pero el producto es siempre el mismo.
La parte más demente de su teoría conspirativa es que es completamente cierta, lo más gracioso es escuchar con la pasión que N desarrolla todos los detalles, siempre en el peor y el mejor de los contextos.
Estábamos en Abasto, eran las seis y pico de la mañana, yo fumaba para no caerme, acabábamos de salir de una fiesta hosteada por N, que completamente drogada hacía reír a un grupo de desconocidos que esa noche fueron mis mejores amigos.
Acompañar a N cuando va a trabajar me hace sentir diminuta. Nunca soy menos importante que cuando estoy rodeada de gogós, dragas y demas bichas insomnes. Nada te enseña de humildad como un camarín lleno de mostras.
Últimamente lo único que quiero es ser invisible, o en realidad poder elegir cuando quiero que me vean. Y por eso me la paso entre gente que quiere ser vista, si todos están compitiendo por la atención yo me puedo relajar porque por fin nadie me está mirando. Y si quiero que me miren solo tengo que recordarles que estoy acá.
Por suerte hablo bonito y les gusta escucharme.
Los mejores momentos de mi vida fueron esos en los que hubo tanto griterío que el silencio fue total. Es ahí cuando todxs me cuentan sus secretos. Así me entere siempre de todo, escuchando a las que saben.
N hablaba en el medio de una ronda de desconocidos y yo buscaba algo que estuviera quieto cuando la mano de H me tocó la espalda.
“¿Cómo estas?”
H es un completo misterio, me da la sensación de que nunca voy a poder adivinar dónde está, ni con quién, ni qué piensa, ni por qué llora. No se absolutamente nada de él, nunca lo voy a saber.
La única manera en la que me es posible querer a un hombre es no saber nada de él, no poder imaginar cómo es con sus amigos, cómo abraza a su mamá, qué le da miedo. Para poder gustar de un varón solo necesito poder imaginármelo llorando.
Y H es hermoso cuando llora. Estoy segura.
“Paseemos un día” y se va.
Vuelve la promesa, vuelvo a tener la correa en la boca y de alguna manera vuelve a gustarme.
La única manera que conozco de gustar de alguien es no saber nada de esa persona, la única manera de quererla es conociendo todos sus secretos, y esa es también la única manera de dejar de quererla.
N se quiere ir y la dejo. Estoy tan confundida que que le digo al chico de la moto y sus amigos que la sigamos. Seguramente quien esté leyendo pueda pensar que esto es un peligro, pero yo se que estoy a salvo porque sigo siendo la preferida.
Esta ciudad me quiere y yo la amo porque se todo sobre ella, por eso también puedo dejarla cuando quiera.
de “Algún día tendremos dinero”, el libro de mi amiga
Valentina Brishantina, otra vampira que solo sale de
día cuando así lo desea
IV.
De nuevo cerré la noche siendo esa, la que está sola en un after de amigos donde nadie la conoce.
De nuevo me quede despierta hasta el mediodía buscando algo que me excite o me asuste y de nuevo termine angustiada.
De nuevo me volví sola cuando no era lo que buscaba.
De nuevo me dormí temblando del frío químicamente asistido imaginando lo lindo que sería que un varón enorme me estuviera abrazando.
De nuevo pasaron unos días, leí esto que escribí, y me morí de vergüenza
DonnaTefa