VII: ¿Me vas a seguir queriendo cuando sepas que te mentí? (parte 1)
¿Qué pasa Buenos Aires? Debes pensar que te ghosteé, pero la verdad es que soy una mentirosa.
Antes de leer recuerden que pueden hacer una colaboración del orden de lo monetario. El alias de MercadoPago es: la.novia.de.tu.papa
Tengan en cuenta que por mucho que me guste que me digan que soy linda, no vivo de halagos.
Las fotos son de @camisaggio por supuesto. Gracias chichi por vivir conmigo y subir a la terraza con frío para seguirme en mis delirios.
Este es un volumen sobre la falta de constancia y el abandono. Es decir, otra historia sobre los chicos que me gustan.
Me parece que a esta altura ya dejé de esperar que este sea un proyecto en el que pueda comprometerme con lo periódico. Y vos deberías también abandonar toda esperanza e intentar entender la falta de cotidianidad como algo positivo. Digo muchas cosas y casi todas al pedo, pero sí te escribo es porque quiero hablarte en serio. Aunque lo llene de chistes, aunque mienta.
Esta edición es sobre el abandono y por lo tanto va a ser inconstante en sí misma. Tanto que quizás altere el formato para siempre. O quizás, de tan cambiante, sea solo un especial de terror y en la próxima todo vuelva a la normalidad. Es que estoy necesitando un poco de sorpresa para volver a encantarme, porque si no aprendo pronto a ser capaz de romantizar algo me voy a morir angustiada.
Es por eso que hoy no hay playlist. Sí querés, podes en cambio escuchar entero CAPRISONGS de FKA twigs que es lo que estaba escuchando cuando supe que tenía que volver a aparecer porque tenía algo para decir. Además el álbum arranca diciendo “hey i made you a mixtape” y eso me hace pensar en vos. Porque yo, FKA snifany, te escribí un newsletter, and i’m still that misterious bitch.
Y si no querés, podés no escucharlo, está todo bien. Aunque te recomiendo que lo hagas, ahora o en algún momento, es un discazo.
Cuando llegue el momento de hablar del volumen VI voy a dejar también la playlist que le corresponde. Sobre todo porque tiene canciones muy lindas que no sé si voy a poder usar en otra ocasión.
Esto es un collage, hay una historia del último mes, una parte del volumen perdido, mi versión de una canción que estaba escuchando cuando escribí las entregas del verano, un par de tweets y demás basura almacenada en mis dispositivos o en mi cerebro. Que para el caso son lo mismo.
Sobre el final - como siempre - voy a intentar que todo tenga sentido.
No se sí sabìas, pero parece que en la esquina de José María Moreno y Valle hay una especie de triángulo de las bermudas de los vínculos. Real. Me lo contó un hombre con el que estuve hace poco y en realidad no lo nombró así. Llovía y mirábamos por el balcón de su casa que da al tanque distribuidor de AySA y me contó que todas las parejas que pasan por ahí terminan peleando a los gritos.
- Si creyera en algo te diría que es energético - me dijo - pero yo no creo en nada.
En Junín hay un caso parecido. En Sáenz Peña y Remedios de Escalada de San Martín siempre hace más frío y hay más viento que en toda la ciudad. La diferencia es que acá el clima está más tenso y todo lo que no venís hablando te explota en la cara.
Después de escuchar la historia de la esquina del conflicto lo miré a los ojos muy de cerca, porque ya me había aburrido de hablar. Lo miré como solo yo puedo mirar, y solo a veces. Labios relajados. Ojos clavados en los ojos, ojos clavados en la boca, de nuevo en los ojos y correr la mirada con risita de boluda que finge vergüenza. Solamente una boluda que conoce la vergüenza puede fingirla y hacerla parecer algo que se resuelve con un gesto lindo de mirar.
Por eso funciona siempre. Me abro y te muestro que soy vulnerable. Es muy fácil comer de mí. Podés servirte. Pero en realidad solo me estoy haciendo la linda, nada en mi inocencia es verdadero.
Cogimos por mucho tiempo porque de a ratos parábamos para hablar y eso me encantó. Sí algo no me terminaba de convencer podía decirlo, lo conversábamos tranquilos y, sin darnos cuenta, estábamos cogiendo de nuevo.
En un momento corté la deepthroateada y, mientras él todavía gemía con la pija unida a mi boca por un hilo de una mezcla de baba, moco y líquido preseminal, le pregunté sí se había puesto nervioso cuando llegué.
Me dijo que sí, que la primera imagen había sido fuerte porque estoy demasiado buena y lo intimidé. Y tuve que deepthroatear de nuevo, y con más ganas si acaso era posible. Hay que saber decir exactamente lo que una chica como yo, que a una primera cita llega con un outfit pensado especialmente para la ocasión, quiere escuchar. Y hay que saber agradecerlo.
Él también empezó a compartir todo lo que sentía. Vino bárbaro, sí los dos éramos unos tensos ambos podíamos relajar.
- Nunca estuve con una chica trans
- Y yo nunca estuve con un músico
Esto es completamente cierto. Y lo digo con total orgullo. Todo este tiempo cogiendo con varones y ni un solo músico. Es algo por lo que cualquiera bien puede sentirse orgullosa. Desde acá mis felicitaciones pichona.
Yo la cagué. Arruiné mi trayectoria porque, por mucho que haya cambiado desde los Años Trolos, hay algo que se mantiene intacto y es que nunca, pero nunca, voy a saber decirle que no a un hombre en sus cuarentas decidido a decirme que soy preciosa y obsesionarse con mi culo.
Y eso también me da orgullo.
Pasé prácticamente el último mes entero en su casa. No porque quisiera estar con él, pero porque su compañía era la única que podía soportar.
Últimamente cuando estoy con mis amigos siento que ninguno de ellos me quiere, que ya todos se dieron cuenta de que en realidad no está tan bueno estar cerca mío. Que soy uno de esos personajes a los que es mejor tener de nombre y cada tanto cruzárselos en pedo para reírse de sus chistes.
Por eso me gusta pasar tiempo con el músico. Porque es como un amigo al que recién conozco. Alguien nuevo que todavía me ve rara, divertida y fascinante, con el que además nos pegamos unas buenas culeadas. También porque a él parece no molestarle tenerme todo el día ahí, usando su ropa y parando el polvo para compartir en voz alta cada pensamiento intrusivo, o en completo silencio escribiendo en las notas del celular.
así arranca “ESTA CIUDAD ES HERMOSA” la novela de Marcos Krivocapich. es como la mejor parte de Casi Angeles, la de los viajes en el tiempo y el lavado de cerebro. pero con robots, jóvenes atrapados en una ciudad perfecta y suicidas seriales. además el protagonista hace cosas horribles con razones súper válidas y todos son una porquería es genial.
Interrumpo el relato para confesar que ya estoy mintiendo, me estoy por hacer la que volví porque te extrañaba. En realidad desaparecí porque estaba evitando estar sola, otra vez. Y cuando estoy en esa todo lo que escribo me aburre. Y para aburrirme con haber sobrevivido un día más ya es suficiente.
Te mentí. De hecho te vengo mintiendo desde el principio. Cuando todo esto empezó dije que iba a quedarme un rato quieta y en silencio y no fue para nada así.
Nunca estuve tan en movimiento. Nunca tan a los gritos.
Los últimos nueve meses fueron arriba de un taxi manejado por un cocainómano de la vieja escuela escuchando Pantera bajando un atado de Parisiennes atrás de otro. Duros eran los de antes.
En el tiempo transcurrido entre el primer volumen y este solo salí más, tomé más y asusté a más varones de mierda intentando que gusten de mí. Lo hice mientras fumaba como si fuera la nieta de mi abuelo Yoyo, y me arreglé para cada ocasión como si fuera la nieta de mi abuela Lali.
Igual tranquilo, no vengo a prometerte que voy a cambiar. N ya me dijo que tengo que dejar de hacer promesas los domingos cuando todavía estoy bajo el efecto de la verguenza producto de las decisiones de mierda de los sábados. Y tiene razón. En ese sentido nada de esto es una promesa. Más bien todo lo contrario, vengo a lavarme las manos una vez más.
La cosa es que me terminé hinchando las pelotas del músico, sobre todo porque me respetaba demasiado. O por lo menos eso intentaba hacerme entender. Todo el tiempo.
Sí me lo tenés que aclarar tanto un poco desconfío. No creo que realmente estés intentando no lastimarme, creo que vos también querés lavarte las manos. Y además, que tengas el respeto tan asociado al miedo como para, en vez de proponer algo, esperar a que te lo enseñe yo me aburre.
Y el aburrimiento se transformó en intolerancia, y la intolerancia en apatía y la apatía en asco y me tuve que ir antes de odiarlo.
Por primera vez en tres semanas salí de la casa del músico. Sí lo que estoy intentando es ser sincera, tengo que decir que no creo que vaya a volver. Hice todos mis esfuerzos y tardé un poco más de tiempo pero otra vez fui la mejor escapándome a tiempo. Justo cuando la droga recién empieza a bajar y la realidad es apenas un factor, algo a tener en cuenta pero que no me preocupa. Soy muy fea cuando me angustio, prefiero hacerlo sola en casa.
Salí de su casa y crucé la vereda y pasé por José Maria Moreno y Valle, sola, y como soy mi peor chongo las verdades que explotaron fueron las propias. Todas las cosas que no me cuento a mi misma, o que cuando me las cuento no las escucho se volvieron apariciones con caras reconocibles.
Nunca caminé sola por Saenz Peña y Remedios de Escalada, de alguna manera en Junín siento que nunca caminé sola. Por lo menos nunca antes de mi última visita.
Tal vez tener menos gente alrededor me hace sentir que estoy rodeada de personas, que de alguna manera nunca estoy sola.
En fin… Te extraño. ¿Cómo estás?
(sigue en la parte 2)