V: ¿Por qué te ponés tan linda en verano? (parte 1)
¿Qué pasa Buenos Aires? Soy yo, apareciendo después de un mes para decirte que te extraño justo cuando termina el fin de semana . Si, ya sé, soy lo peor que te pasó. Y te encanta.
Playlist del volúmen:
Esta playlist es para escucharla cuando volvés a tu casa de la fiesta y necesitás eguir bailando pero a la vez ir bajando despacito antes de dormirte abrazándote a vos misma.
Recuerden que sí quieren pueden colaborar a mi mercado pago. El alias es: la.novia.de.tu.papa
¿Qué pasa Buenos Aires? Feliz San Valentin. Aparezco después de un mes para decirte que te extraño justo cuando termina el fin de semana . Si, ya sé, soy lo peor que te pasó. Y te encanta.
Para esta entrega mi plan era hablar sobre el verano y por qué me gusta tanto esta ciudad en enero, pero rápidamente las cosas se pusieron raras y yo pienso muy lento así que no llegué a escribirte en todo el mes.
Ahora ya es 11 de febrero y estoy escondida en el baño de una fiesta para que nadie me hable. Últimamente el baño es el único lugar en el que puedo conseguir algo parecido al silencio. No me molestan los gritos, ni la música, ni la gente desafinando por encima. Me molestan las preguntas. Sobre todo las que necesitan que yo responda. Y más aún me molesta sentir que sí me quedo callada al lado de alguien la que tiene que preguntar soy yo. Odio sentir que todo el tiempo hay que llenar un vacío.
Por eso el baño es mi nuevo lugar preferido en las fiestas. Por mucho tiempo fue la cocina, hasta que me cansé de evitar a los buitres del buen flash. Esa gente que no se entiende para qué vino, no le gusta bailar, ni chapar, ni ponerse en pedo y cuando ven a alguien sirviéndose agua, o fumando un pucho mirando a la nada, intentan todo para tenerlo de rehén del lado de la realidad. Odio la realidad, por eso me gustan las fiestas.
En año nuevo empecé a escribirte en la terraza hasta que apareció H, un espécimen perfecto de egresado de alguno de esos colegios porteños que son tres o cuatro pero que podría ser uno solo porque todo el alumnado se conoce entre sí. Una mezcla entre FUCboy* pretencioso y niño rata, de día trabaja dirigiendo publicidades y fashion films, de noche juega al lol. H gusta de mi y yo lo besaría sí no estuviera tan asumido que deberia ser yo quien lo propone.
*no, no es un error de tipeo, es un varón claramente salido de la fuck
Me dijo que le caigo bien porque, según él, los dos compartimos la adicción al presente. Que pelotuda se vuelve la gente cuando se droga. O sea probablemente tenga un punto, pero qué me venís a dar una reseña de mi personalidad cuando estoy con el celu, fumando sola y a oscuras. No soy una persona particularmente trabajadora con sus rituales, pero éste es el más sagrado. Y si lo vas a interrumpir que sea solo para comerme la boca mientras me levantás el vestido.
Por suerte, a mi cigarrillo le quedaban pocas secas que me dieron el tiempo suficiente para mostrarme sorprendida con su revelación, hacerme la linda y buscar una excusa elegante para escapar. Prefiero quedar bien, pensar lo que pienso, pero no decírselos nunca así no dejo de gustarles. Me caigo fatal.
Voy a la cocina y encuentro a N y S hablando con B. B es mi amigo hace poco pero la amo con locura, como solo se ama a una amiga nueva. Les está contando de la semana pasada, cuando en la maricoteca, se cruzó a su ex, charlaron hasta que B tuvo que correr al baño a vomitar y decidió que la única solución para repuntar la noche era chaparse a un desconocido. Por suerte lo consiguió en seguida con un twink influencer wannabe que después de besarlo le ofreció un chicle.
- Claramente se dió cuenta - dice N mientras abre todas las puertas y cajones en busca de más alcohol.
- Igual me hice unos buchecitos eh - se excusa B
- Ah con el agua es otra cosa igual - agrega S. Me asombra que participe de la conversación, normalmente estaría completamente asqueada. Debe estar del orto - Tal vez no se dió cuenta
- Pero mirá sí no se va a dar cuenta, es incareteable el olfato a caldo - dice N, que acaba de encontrar un Ron en el horno - ¿Me podés explicar cómo hay gente que viene a una fiesta y esconde el alcohol? ¿Una le abre las puertas de su casa, y así le pagan? ¿Qué mierda te pensás? No te voy a robar boludo. ¿Quién te quiere a robar a vos? - grita mientras se sirve en su vaso.
Se aman. Que suerte. Odio presentar amigos porque no puedo dejar de estar pendiente de que se caigan bien e incluso intervenir si es necesario, pero cuando funciona me emociona muchísimo. Me caigo bárbaro. Que hermosa se vuelve la gente cuando se droga.
Me quiero ir. Son las 4 de la mañana del primer día del 2022, estoy casi completamente sobria y quiero estar en la cama. Pero a la vez sí me voy pierdo las chances de algún salseo con el que empezar el año.
Voy a intentarlo un rato más, tal vez debería volver a la terraza con H, dejar de jugar a la trola tímida y avanzar como sí tuviera el autoestima suficiente. “Gente mucho más tarada y menos fabulosa que vos lo hace todo el tiempo” me repito para adentro mientras subo las escaleras con el plan de pedirle que me bese. Cuando llego encuentro a todos sus amigos ranchando. La puta madre.
Ellos me aman así que decido quedarme ahí y subirme el precio. Todo el mundo me ama, a veces eso me da asco y hace que me odie a mí misma, sí todos me aman algo mal debo estar haciendo, pero en ocasiones como ésta viene bárbaro. También puede ser que todo el mundo ame a todo el mundo antes de conocerlo y yo no me deje conocer mucho. Pero eso me hace quedar mucho peor, así que por ahora no voy a abrir esa puerta. O también hay muchas chances de que yo sea una ególatra sin registro alguno de lo que la gente piensa de mi. Probablemente sea esta última.
En fin, ahí estoy, rodeada de personas que mucho no me conocen ni yo a ellos pero nos caemos bien. Cuando es imposible quedarte en silencio, buscá dónde podés quedarte sin escuchar nada. Los amigos de H son perfectos para eso, hablan de giladas, cantan a los gritos, bailan.
Así que eso hice, bailé con una chica preciosa y después con ella y un chico y después con otro chico y después con todos y después de nuevo con el otro chico. El otro chico es realmente lindo y baila espectacular.
De repente estamos bailando muy cerca, cara con cara, entonces veo la oportunidad perfecta para tirar la de Drake y Rihanna. Sin perder la distancia y con mucha sutileza me doy vuelta y le muevo el culo nasty. Él me agarra de la cintura con una mano y sube la otra por toda mi espalda hasta agarrarme la nuca y después llegar al cuello. Sin soltar esos dos puntos de apoyo me gira con fuerza, me apoya contra su cuerpo y me besa. Muy Bien. Muy bien yo por la lanzada, muy bien el por seguirla, muy bien los dos porque nos estamos dando un beso increíble.
Desde que vivo acá, Buenos Aires es mi lugar preferido para estar en enero. De verdad. Siempre que me fuí lo extrañé. Hay algo de estar acá cuando no hay nadie que me hace sentir que tengo 16 y mis padres me dejaron la casa sola por todo un fin de semana. Que puedo hacerla mierda con mis amigos y para cuando vuelvan el domingo a la noche reconstruirla al cien por ciento y dejarla impecable.
Y por supuesto, la mejor parte de tener la casa sola. llenarla de hombres, intentar un amor de verano y, sí ese fracasa, probar con otro, y otro, y otro, y otro. Así hasta que por fín sea marzo, todos hayan encontrado con quien pasar el invierno y a mí me toque hacer rewatch de alguna serie que ya vi diez veces.
Por eso me quedé en la fiesta, porque es primero de enero y algo tiene que pasar. Por eso el chico con el que me estoy besando me vino bárbaro. Porque fue fácil, porque no requirió responder preguntas y aun mejor no me hizo hacer ninguna.
- Estamos re expuestos acá amiga - Me dice cuando deja de besarme, con una mano ya agarrandome entero un cachete del orto.
- Bueno, vamos a algún lugar en el que estemos menos expuestos
No, que boluda. ¿Por qué dije eso? Ahora va a pensar que quiero llevármelo a coger y se va a asustar. O peor, va a creer que efectivamente quiero que vayamos a coger y yo no estoy segura de que sea eso lo que estoy buscando.
- Igual tranqui, no te estoy proponiendo que vayamos a mi casa o a la tuya. Solo que vayamos a algún lugar de la fiesta en el que estemos menos expuestos- Aclaro al pedo, como me cuesta no explicarme de más.
El se ríe un poco
- Que linda, mira, te voy a decir algo… yo soy muy paki. Estoy descubriendo muchas cosas sobre mí. No entiendo cómo hacés.
- ¿Cómo hago qué cosa? - Pregunto ya un poco odiada pero todavía siendo capaz de obviar algunas cosas con tal de que alguien me bese un rato.
- Para ser vos - Me responde el muy pelotudo.
¿En serio los varones creen que tratarte como a una criatura exótica y sagrada está bueno? ¿Alguna de ustedes les está haciendo creer eso? Porque me voy a recontra calentar sí es así. No hay nada de mi existencia que sea demasiado celebrable, solamente estoy tratando de sobrevivir. ¿Qué te parece tan admirable de eso, salame? ¿No podés tratarme como a un pedazo de carne como a las demás? ¿No ves qué eso es lo único que quiero?
No puedo creer que me esté pasando esto otra vez. Creo que haberles entregado la palabra paki a los pakis es el peor error que hemos cometido. Porque ahora tiran mucho esa, la de “voy a seguir siendo un sorete, pero mirá, me autopercibo paki, sé qué significa, soy un sorete woke”.
No me acuerdo exactamente qué le dije, pero de repente terminé explicándole de manera muy pedagógica por qué es horriblemente transfóbico creer que no se puede estar conmigo y ser paki y más aún decirlo en voz alta. Normalmente me hubiese ido riéndome sin explicar nada, pero es que los besos estuvieron realmente buenos. ¿Pero a qué costo? Toda la noche evitando las preguntas para terminar acá, dando clases de apoyo de ESI.
Cuando veo que el muchacho está lo suficientemente confundido aprovecho para escapar y me voy con B, N y S. El ron ya está a la mitad y ahora S está hablando de su novio, como siempre. No la culpo, si tuviera un novio yo haría lo mismo.
- Hace una hora que no me contesta, seguro me está cagando…
S es mi amiga desde los 12, hicimos todo el secundario juntas y es la única con quien nunca perdí contacto. Siempre fuimos absolutamente distintas, lo que nos hizo admirar profundamente la manera de ser de la otra. Una cosa medio “jamás podría ser cómo vos pero es muy hermoso ver cómo lo llevás adelante”.
Para que se den una idea, S a los 24 se recibió de Abogada en la UBA con un promedio de 11, le dieron una medalla de honor y todo. Mientras tanto, yo dejaba la facultad y perseguía a un hombre que no existía por toda la ciudad.
El miedo constante de S a que su novio la cague debe estar fundado en el hecho de que cuando se conocieron él estaba casado y su esposa embarazada. Fue en su primer trabajo como secretaria en un estudio jurídico, él era uno de los socios, dueños o como sea que se diga. Cuando su esposa se enteró apareció en la oficina completamente corrida y a los gritos. El escándalo fue tan grande que terminó rompiendo bolsa ahí mismo y S llevándola a la clínica.
S perdió su trabajo pero ganó un novio con el que convive en una casa espectacular con pileta y perro. También ahora tiene un hijastro, una criatura de cinco años que parece directamente salida de una película de terror. Tiene el pelo oscuro, la piel pálida y su juego preferido es pararse en los marcos de las puertas mirando fijamente a las personas hasta que se asusten. S no lo dice nunca, pero yo se que tiene miedo de que la asesine.
Entonces el chico del lap dance y los besos aparece en la cocina. No quiero seguir hablando con él porque ya tengo muchas ganas de pelear y no es manera de empezar el año. Él se queda parado al lado mío, presenciando la conversación con mis amigas como sí fuera parte.
- Boluda, la única razón por la que pensás que te está cagando es porque vos tenés ganas de cagarlo. - Dice N.
Sí bien no creo que S sea capaz de cagar a su novio y sí creo que él probablemente la esté cagando, hay algo de lo que dice N que me parece absolutamente cierto. Obvio que quiere cagarlo, no por deseo o calentura, sí no porque cree que sí ella también puede hacerlo va a dolerle menos. Va a dejar de sentir todos los días que ella también puede terminar llegando a la sala de parto agarrada de la mano de la amante de su marido.
N es más chica que nosotras pero muchísimo más sabia. Creo que tiene que ver con haber trabajado desde tan chica en la noche, algo de eso la volvió una persona sensible y observadora pero determinante y súper práctica. Empezó como gogó en maricoteca a con un documento de identidad falso porque en su cumpleaños número 17 hizo la promesa de irse de su casa en cuanto fuera mayor de edad. Y así fue, un año después, el día que cumplió 18 se mudo con su novia del momento.
Tanto ella como S comparten una característica fundamental: sienten cosas y en base a esas cosas actúan. En cambio yo, sí siento algo, me tengo que quedar un rato quieta hasta que se me pase. Por eso las amo, porque las admiro.
Abro las notas del celu y escribo.
Mientras tipeo toda frenética escucho una voz. Es el chico. No sé hace cuánto me está hablando, recién lo escucho.
- … no quiero que mañana te despiertes y pienses que soy el peor varón del mundo - El tupé.
- Amor, vos vas a pensar eso, yo mañana me voy a levantar y esto me va a chupar un huevo. - Miento.
- Bueno, pero los besos estuvieron buenos - justo cuando está diciendo esto H entra a la cocina pero no me doy cuenta porque me acaba de subir la sustancia y el hartazgo.
- Por favor, fueron dos picos - Miento de nuevo. No pensaba dejarlo creer ni por medio segundo que algo de todo lo que estaba pasando me importaba - Le doy picos como ese a mis amigas todo el tiempo.
Le doy un pico a S porque es la que está más cerca y me grita “¿Qué haces?” con cara de asco. S odia que le de besos en la boca, debería haberlo hecho con N que seguro hasta me chupaba toda la cara. N siempre me da besos full lengua. Yo la sigo porque entiendo que para ella no es algo sexual o romántico, es la expresión de amor más puro.
- Vamos al baño sí querés unos buenos besos - Le digo.
Cuando un chico es lindo puedo pensar que es un idiota y aún así querer chuparle la pija, y este chico es precioso. Soy el meme de Dexter, diciéndole ‘I’ve failed you” al feminismo constantemente. Mejor aceptar lo que me toca, sobre todo sí estoy puesta y es Año Nuevo.
Todos en la cocina se quedan en silencio, sólo se escuchan los chasquidos de aprobación de N. No creo que esté realmente aprobando lo que estoy haciendo pero me quiere lo suficiente como para no dejarme caer de cara en la humillación. El chico está mirándome fijo, completamente glitcheado. No puedo creer. ¿Lo logré? ¿Rompí a un varón? Mueve la boca como sí fuera a decir algo. Se arrepiente. Me agarra la mano y me saca de la habitación. Cuando estamos saliendo lo veo a H pero no a los ojos, no quiero saber cómo me estaba mirando.
Llegamos al baño y volvemos a besarnos. Los besos siguen estando bien pero él toma la pésima decisión de volver a hablar. Me pide que pare, yo le pregunto qué pasa. Me dice “No voy a poder”. Acá quiero decirle algo a los varones cis heterosexuales, sí es que hay alguno leyendo esto: Nadie está tan pendiente de su pito, nadie lo necesita tanto para pasarla bien, sólo ustedes. Tal vez, sí sueltan un poco, y se fijan cómo pueden divertirse mientras tanto, no tengan tantos problemas con ese asunto.
- No hace falta que puedas nada. ¿La estás pasando bien?
- Si, pero… - Por favor para de hablar.
- ¿Qué pasa? - Lo beso un poco más y él la sigue. Lo apoyo contra mí y algo siento, a mi no me engaña. Claramente está igual de caliente que yo pero no lo está pudiendo asumir. Le toco la pija por arriba del pantalón para confirmar mi sospecha y la tiene durísima.
- Para, para, para…
Ya estoy harta de interrupciones, lo empujo un poco. El deja de hablar de la sorpresa. Trabo la puerta del baño, respiro hondo, me bajo los breteles, el vestido cae al piso y me doy vuelta.
- ¿Qué querés? Hacemos lo que quieras
El me estampa y me aprieta contra la puerta. Por fín. Tal vez los hombres no han muerto después de todo. Me empieza a besar igual de bien que antés pero ahora con ganas. Me besa el cuello, me besa la oreja y me susurra.
- Quiero que me la chupes ya - Miralo al que no iba a poder, bajándose la bragueta a la velocidad de la luz
Su pito, igual que él, es precioso. Y cuando hay un pito precioso que viene con una cara preciosa yo tengo que chupar, más sí lo piden de manera preciosa. Entonces empiezo, se la chupo con lengua, con saliva, con toda la boca, con ganas. Se la chupo hasta el fondo ignorando por completo al reflejo faríngeo. A él le gusta, mucho. O eso parecía en un principio, hasta que sus gemidos se transforman en palabras. Específicamente se transforman en “no” y “pará” pero a la vez las dice cómo sí estuviera gozando. Porque está gozando. Me tiene agarrada de la nuca y me mueve la cabeza, claramente la está gozando. No voy a hacerle caso a sus palabras, pero las sigue diciendo. Y de repente dice lo peor que podía decirme, lo que tendría que haber dicho desde un principio en vez de decir tantas idioteces y lo único que no se le ocurrió decir hasta entonces.
- Está mi novia acá - Dice entrecortado y patético mientras me acaba en la boca.
Entonces freno. Generalmente no le creo nada a esa frase pero nadie dice una mentira mientras acaba, las dice antes o después. Me quedó completamente paralizada con su pito en el esófago mientras intento procesar lo que está sucediendo. Es la primera vez que alguien acaba adentro de mi cuerpo y el contexto no podría ser peor.
El chico saca la pija que ahora, ya medio flácida, me parece lo más horrible que vi alguna vez. Yo aprovecho que estoy en el piso para agarrar el vestido y ponérmelo, parándome de espaldas para que no vea mi cara.
- ¿Estás bien? - Me pregunta el muy sorete.
Me doy vuelta para decirle que no pero cuando giro todo lo que estaba ausente vuelve a mí: la sobriedad, mis ganas de irme a casa, la percepción de la realidad y sobre todo mi reflejo nauseoso. En vez de hablarle, cuando abro la boca mi cuerpo se arquea y me echo el pato de mi vida. No apunto hacia dónde, porque cierro los ojos y cuando abro descubro que el destino final fue su entrepierna. Él todavía no se había subido los pantalones ni el bóxer, así que tenía toda la pija absolutamente vomitada.
Me quiero reír pero tengo miedo de hacerlo y comerme una trompada. Así que me hago la que estoy muy avergonzada y humillada para salir corriendo del baño. Me tengo que ir ya mismo de este lugar.
Cuándo estoy camino a la puerta me encuentro a N que intenta hablarme. Seguro me va a querer convencer de que me quede, no voy a dejarla hablar mucho.
- Pará. ¿A dónde vas? Vení - Me dice cuando paso por al lado suyo e intenta agarrarme. Por suerte esta ebria y sus movimientos se pusieron muy lentos.
- Amiga, está el auto abajo, mañana vengo y te ayudo a limpiar. - Le digo esquivándola.
- Pará, boluda…
- ¡Te amo!!
Ya estoy bajando las escaleras. Cuando llego a la puerta está H. Justo ahora me tengo que encontrar a solas con este, después de haberle vomitado el pito a su amigo.
- ¿Te estás escapando o me parece? - Me dice burlón. Es muy lindo el forro.
- ¿Sabes que si? - No puedo inventar nada ocurrente ni esquivarlo y está bloqueando la puerta. - ¿Puedo pasar?
- Mmm… No se eh - se cruza de brazos y me mira de arriba a abajo. ¿Qué está haciendo?
- Por favor, dale, no seas malo. - ¿Le estoy beboteando? ¿Tan sucia soy?
Nos quedamos en silencio los dos, mirándonos a los ojos. Pareciera que nos vamos a besar. Se acerca muy lento hasta llegar a estar pegado a mi boca, la esquiva, va hacía mi oreja y me habla al oído.
- Tenés el vestido al revés linda -
Mientras me miro a mi misma para descubrir qué es cierto y se nota porque tengo el forro del lado de afuera, H sube al primer escalón, me da un beso en la frente y se va. Ahora sí estoy confundida. No humillada porque toda esa interacción me volvió a subir todo: la droga, la excitación y la capacidad de negar l realidad un rato más . El poder de un beso en la frente
Salgo a la calle sin un plan, por suerte justo pasa un taxi. Cuando me subo me suena el celular. Es una notificación de instagram. Mensaje privado de H.
Tal vez no haya sido tan mala idea quedarme en la fiesta.
Tal vez este sea un buen año.
Amo esta ciudad en enero.
DonnaTefa
Fin de la parte 1. La parte 2 llega pronto, lo prometo.